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La industria audiovisual espera más seguridad jurídica

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Patricia Motilla y Mabel Klimt analizan la industria audiovisual y las mejoras que necesita con el cambio de titular de Cultura

Confilegal | La producción audiovisual en nuestro país se califica por muchos expertos como de alto riesgo. Por eso no es de extrañar que ante la llegada de José Guirao, al Ministerio de Cultura y Deporte, se le reclame desde diferentes ámbitos más seguridad jurídica para un sector emergente

El éxito de una producción audiovisual depende de muchos factores, entre otros, de la cobertura económica de la misma, es por ello que la combinación de ayudas públicas y financiación privada aporta capacidad financiera para contribuir al éxito y debe consolidarse en el futuro.

Se empieza por la producción de cortos y en función del éxito se pasa ya a los largometrajes. Los profesionales que se dedican a esto son muy vocacionales.

Patricia Motilla y Mabel Klimt, socios del área de Cultura, Deporte y Entretenimiento de Andersen Tax & Legal intervinieron en el foro audiovisual anual del despacho que se ha centrado en las Ayudas a la producción audiovisual: financiación pública y capital privado.

En este encuentro también participaron Munesh Melwani, socio director de Cross Capital, Pedro Martín, director de Audiovisual y Cultura de Crea SGR, Gregorio Herrera, director de área Dunas Real Assets, e Ignacio Roig, CFO de Inverseguros, junto a más de 80 representantes del sector audiovisual.

Durante su intervención, Mabel Klimt explicó las novedades en los requisitos para acceder a las ayudas del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), tanto generales como selectivas, y ha indicado que se espera que, tras el cambio del Gobierno, la Orden por la que se establecen las bases reguladoras de las ayudas previstas en el Capítulo III de la Ley 55/2007, de 28 de diciembre, del Cine, continúen su tramitación hasta su aprobación.

“El número de películas en un país como el nuestro está muy vinculado a las ayudas directas que reciban sus productores. En este momento hay un fondo con unos 30 millones de euros como elemento de ayuda, con ellas muchas películas no se pueden hacer. Junto a ello las ayudas fiscales son muy útiles en los grandes y medianos proyectos. El valor de nuestra industria es importante y trasciende de nuestras fronteras. Ahí está Juan Antonio Bayona dirigiendo la última entrega de Parque Jurásico”, señala Klimt.

Sin embargo, ese fondo es escaso frente a la realidad europea.

“Alemania tiene 150 millones de euros, Italia 400 y Francia más de 600 millones de euros en su fondo. Como puede verse el esquema de ayudas públicas no está en la media europea en nuestro país. Por eso la ayuda de incentivos fiscales está siendo clave para nuestra industria y su supervivencia”.

Parece evidente que el trabajo de José Guirao, nuevo Ministro de Cultura y Deporte debe ser el de mejorar este fondo de ayudas públicas y “al mismo tiempo que se siente con el Ministro de Hacienda e incremente el porcentaje de deducción fiscal a los límites de ayuda de Estado que establece Europa y nuestro propio país”.

Otra cuestión a mejorar seria que se “perfilar el límite de esa ayuda de estado que tiene muchas inconcreciones. Que se facilite la finalización de las ayudas a la amortización. Se trata que el modelo anterior de gestión de las ayudas desaparezca de forma definitiva. Presumiblemente acabaría a final del 2019 no se puede encarar una reducción integral del mismo”.

Más seguridad jurídica para los productores

Klimt recuerda la importancia de la seguridad jurídica en un sector donde “ las películas llevan dos o tres años de trabajo, en ese espacio de tiempo han pasado dos normas diferentes y vamos a por la tercera. Hay que tener cierta previsibilidad en los pasos a seguir para que el productor no sufra tanto en su trabajo. En producciones de animación nos vamos a cinco años incluso”, aclara.

Otros desafíos que le llegan al nuevo Ministro de Cultura pasan por el desafío de la Ley de Propiedad Intelectual y su acomodo a los nuevos tiempos, la definición de un Estatuto para el Artista que le aleje de su precariedad desde unos derechos claros. También la industria del libro tiene sus reivindicaciones que hacer y ha habido cambios en la industria del Patrimonio Cultural , momento para hacer una norma que recapitulase todo y sea más clara que la actual.

Por su parte, Patricia Motilla se ha referido a las Agrupaciones de Interés Económico (AIEs) como estructura para la financiación de un rodaje y ha apuntado que se trata de un instrumento financiero que otorga seguridad jurídica tanto a los inversores como a los productores.

“Es una concesión que hace la Dirección General de Tributos a nivel fiscal para trasmitir créditos fiscales a capital privado inversor”, aclara.

“La financiación de cualquier proyecto audiovisual se basa en cuatro pilares. Uno, la distribución, otra la compra de derechos, las deducciones fiscales que a lo largo de los años se van concediendo al sector y las subvenciones o ayudas públicas directas tanto del ICAA del cine como a nivel autonómico”, apunta esta abogada.

Para esta abogada, de acuerdo con las directivas comunitarias hay que darse cuenta que una ayuda del Estado no puede exceder el coste del 50% del total de la película, o bien del 60% si es una coproducción europea “quizás podría subirse los créditos fiscales al 50% de tal forma que el productor del cine pudiera elegir, entre la ayuda directa del Estado; ICAA o ayudas autonómicas o utiliza a la ayuda indirecta a través del capital privado, o utiliza una fórmula conjunta”, destaca.

Sin embargo, el gran problema es el retraso de las subvenciones públicas en llegar lo que según estas expertas lesionan nuestra industria naciente “en los últimos años nuestros productores han hecho un gran esfuerzo y realmente hay que defender esta industria emergente con unas expectativas en nuestro país muy importantes”.

Patricia Motilla recuerda que muchas películas están siempre a la expectativa de esas ayudas “cuando ya tienes la financiación, lo que es la preparación de la película son seis meses. Pero antes firmas contratos con actores, con distribuidores y televisiones. Esos contratos establecen un plazo de inicio y final de rodaje con actores y técnicos. Si no recibes la ayuda que ibas a tener debes rescindir muchos contratos con lo que se disparan las indemnizaciones”.

 

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