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¿Fin de la neutralidad en la red en Europa?

EEUU propone acabar con la norma que garantiza la neutralidad en la red, esto es, el libre acceso a internet, mientras en Europa se protege como un derecho de los usuarios

Mucho se está hablando desde el pasado mes de diciembre de la decisión de la Comisión Federal de Comunicaciones norteamericana (Federal Communications Comission, FCC) de acabar con la norma que garantizaba la neutralidad en la red en Estados Unidos. Pero, ¿qué es exactamente esto de la neutralidad en la red? Podría definirse como el acceso a internet libre sin restricciones en relación con el tipo de aplicación que se use, el servicio, el tiempo, etc. Es decir, un uso igualitario para todos los usuarios que acceden a Internet independiente del uso que hagan de los datos o MB contratados en su tarifa.

Sabiendo esto, ¿en qué puede afectar el fin de la neutralidad en la red?

Por un lado, los operadores de telecomunicaciones podrán exigir a los grandes proveedores de contenido como Youtube, Facebook o Netflix -que copan la mayoría del uso de redes de internet- pagar una cantidad superior por la utilización de los servicios que lo que cobran a una pequeña start-up que vende ropa a través de una tienda online. Por ende, los operadores también podrían bloquear o ralentizar el contenido de proveedores que pagaran menos por el servicio de internet y que éste no sea accesible de la misma manera para los usuarios finales. Es decir, se daría prioridad a los proveedores que más paguen frente a otros con presupuestos más ajustados limitando la libertad de acceso al mercado de pequeños comercios o start-ups de nueva creación.

Por otro, también se abre la posibilidad de que los operadores cobren a los usuarios un fijo por acceso a servicios de internet y después unas cantidades adicionales dependiendo del paquete de servicios que fueran a utilizar. Por ejemplo, que la tarifa fija ofrecida por el operador para los usuarios simplemente por el acceso a Internet fuera de 5€, y que ésta fuera incrementando según las aplicaciones o servicios que el usuario quisiera contratar, es decir un suplemento de 5€ por usar Netflix y Youtube y otro suplemento por el uso de Google, Gmail y Yahoo.

En este supuesto, los usuarios solo podrían utilizar los servicios que previamente hubieran contratado. Si el suplemento no ha sido abonado, los operadores pueden restringir, bloquear y denegar el acceso del usuario a determinados servicios y aplicaciones, limitando así el libre acceso de los usuarios a Internet. Es decir, se pagaría por los servicios utilizados y no por el tráfico de datos consumidos.

Aunque a priori parezca una medida beneficiosa para los grandes proveedores de contenidos, gigantes como Netflix, Amazon y Microsoft ya se han manifestado públicamente en contra de esta medida a través de Twitter:

Brad Smith, presidente y CLO de Microsoft, aseguró que un internet abierto beneficia a los consumidores, a las empresas y a la economía en general:

En una línea similar se ha manifestado Werner Vogels, CTO y vicepresidente de Amazon, quien también considera desacertada la medida de eliminar la neutralidad en la red al tiempo que ha asegurado que seguirá buscando maneras para garantizar el acceso a un internet abierto.

Por su parte, Netflix ha optado por publicar un mensaje en su cuenta oficial. La popular plataforma de contenidos no solo critica la medida sino que da un paso más allá y asegura que este es el comienzo de una batalla legal.

Afortunadamente, la realidad en Europa es bien distinta ya que a través del Reglamento (UE) 2015/2120 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2015 por el que se establecen medidas en relación con el acceso a una internet abierta, se garantiza el libre acceso a internet por todos los usuarios sin restricciones. En este sentido, las prácticas expresamente prohibidas por el Reglamento engloban: “el bloqueo, la ralentización, la alteración, la restricción, la interferencia, el deterioro o la discriminación” de los contenidos en internet.

Resulta fundamental hacer mención a lo establecido en las Directrices publicadas por el Organismo de Reguladores Europeos de las Comunicaciones Electrónicas (Body of European Regulators for Electronic Communications, BEREC) a raíz de la entrada en vigor del mencionado Reglamento. Estas Directrices tratan algunos de los puntos más controvertidos en aras de garantizar la neutralidad en la red:

  • Se prohíben las prácticas que limiten los derechos de los usuarios como, por ejemplo, la restricción de acceso o bloqueo de aplicaciones o páginas web.
  • Si la capacidad de red lo permite, los operadores de telecomunicaciones pueden ofrecer servicios de valor añadido a los usuarios, como opciones de alta resolución.
  • Debe informarse a los usuarios previamente a la contratación del servicio, sobre las condiciones del plan como, por ejemplo, sobre la velocidad de acceso o determinar si hay cargos adicionales de algún tipo.
  • Y, finalmente, se analizan las técnicas de zero-rating, uno de los aspectos sobre los que más se está debatiendo.

El zero-rating consiste en que los operadores de telecomunicaciones puedan ofrecer tarifas o promociones a los usuarios descontando el gasto u ofreciendo el acceso gratuito sin gasto de internet a determinadas aplicaciones o servicios seleccionados previamente por el operador.

Esta medida puede afectar a la neutralidad en la red, y por ende a la libre competencia, ya que puede suponer una discriminación positiva hacia determinados servicios o aplicaciones que resulten más atractivos para los usuarios. Es cierto, que en principio no se restringe la decisión de elección para el usuario entre una u otra aplicación, pero entre dos servicios similares la tendencia será elegir la más rentable económicamente (esto es, la ofrecida por el operador). En las Directrices se establecen criterios para evaluar cuando las prácticas sobre zero-rating pueden considerarse como permitidas, en definitiva, realizando un análisis para conocer si pueden restringir o afectar a la libre competencia entre proveedores de servicio.

En este sentido, ya hay operadores como Vodafone que llevan tiempo explotando esta práctica comercial. La compañía de telecomunicaciones dispone de un servicio llamado “Vodafone Pass” que permite utilizar uno de los paquetes de aplicaciones ofertados sin gastar datos de la tarifa de Internet (por ejemplo, el paquete “Music Pass” que incluye las aplicaciones Spotify, Soundcloud, Apple Music, Deezer, Napster y Tidal). Y no es la única, Symio dispone del ‘Bono Chat’, una opción que ofrece 300MB para usar en las aplicaciones de WhatsApp y Telegram por menos de un euro al mes.

En Europa, por tanto, aunque no se está dando este paso y parece que la neutralidad en la red está garantizada, si se está abriendo la posibilidad de ofrecer servicios a los usuarios por parte de los operadores de telecomunicaciones que supongan nuevas formas de explotación de los proveedores de servicios de internet. 

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