En sus despachos se toman las decisiones más importantes sobre las estrategias y operaciones que los grandes bufetes del mundo deben seguir. Son los máximos responsables de las firmas más importantes por facturación que, siempre apoyados por el resto de la cúpula directiva, tienen a sus espaldas equipos de, en ocasiones, millares de abogados.

Entre la élite, se encuentra, en la actualidad, un único abogado español. Se trata de Luis Fernando Guerra, que lidera Deloitte Legal no sólo en España, sino también en el resto del mundo. Sin embargo, fue Juan Picón el primer español en encabezar un bufete a nivel global, ya que fue socio codirector mundial de DLA Piper antes de fichar por Latham & Watkins para impulsar su oficina de Madrid.

Llegar a lo más alto no es fácil, pero no hay duda de que es el broche perfecto para una trayectoria en la que han tenido que demostrar no sólo que son abogados brillantes, sino también que atesoran otras capacidades: liderazgo, dotes de comunicación, don de gentes o trabajo en equipo, ya que cada vez son más comunes bicefalias en las cúspides de las sociaturas. Las fórmulas son variadas, ya que algunos despachos, como DLA Piper, Eversheds Sutherland o Watson Farley Williams, cuentan con dos socios directores, mientras que otros, como Allen & Overy o Linklaters, prefieren repartir responsabilidades entre sus socios sénior y sus socios directores.

Sea como fuere la vía elegida, el tamaño que tienen los grandes despachos les está obligando a repartir el poder. Con oficinas en todos los continentes, es habitual incluso un reparto territorial en el que, aunque debe haber un consenso en la toma de decisiones estratégicas, cada uno de los directivos se responsabiliza de una parte del mundo.

A pesar de que lo normal es que los socios directores mundiales completen uno o dos mandatos de cuatro o cinco años, hay casos de auténticos veteranos. Se trata, por ejemplo, de David Kerr que, desde 1996, cuenta con el apoyo de los socios de Bird & Bird, o de Stephen Brogan, socio director de Jones Day desde 2002.

Un año de cambios

En 2020 termina el mandato de varios de los responsables mundiales, por lo que se prevé un año movido con diferentes procesos electorales abiertos.

Hogan Lovells es el único que, de momento, tiene claro quién dirigirá la firma a partir del próximo 1 de julio. Se trata de Miguel Zaldívar, actual socio responsable de Asia Pacífico y Oriente Medio que, a finales de 2019, contó con la aprobación del resto de los socios para ser el nuevo consejero delegado.

Para Allen & Overy esta semana será clave. Hoy dará a conocer el nombre de quién será su socio sénior a partir del 1 de mayo, un cargo que aspira repetir Wim Dejonghe. Además, este jueves se celebrarán las elecciones para socio director, puesto que ocupa Andrew Ballheimer, que ya ha anunciado que se retira de la firma. En principio, también acaba el mandato en 2020 de Jane McCornick al frente de la parte legal y fiscal de KPMG; Mark Rigotti, en Herbert; Michael Chissick, de Fieldfisher; o David Pollitt, en DAC Beachcroft, entre otros.

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